EAU DE TOILETTE SHAMAN

Descubra una fragancia muy masculina, una evocación de los rituales Shamánicos, donde los aromas del tabaco se entrelazan con elementos místicos. Desde las primeras notas, la bergamota ofrece un frescor vibrante, acompañada de especias e incienso, creando una apertura fascinante que evoca las fumigaciones sagradas y los ritos ancestrales. Esta primera impresión transporta la mente a ceremonias espirituales, donde cada inhalación es una invitación a la meditación.

En el corazón de esta fragancia, las notas florales de rosa y flores blancas se mezclan con el iris, añadiendo una delicada elegancia que contrasta con la fuerza de las notas de salida. Esta armonía floral recuerda a las ofrendas sagradas, celebrando la belleza de la naturaleza y la conexión espiritual entre el hombre y su entorno.

Las notas de fondo revelan una riqueza cálida y amaderada. El heno, en combinación con el cedro y la vainilla, crea una base envolvente y reconfortante, mientras que el almizcle y el ámbar aportan una sensualidad profunda y magnética. El patchouly, con su carácter terroso, refuerza la idea de un retorno a la tierra, evocando la sabiduría de los antiguos y la fuerza de la tradición.

Esta fragancia es una invitación a explorar las profundidades de la masculinidad y la espiritualidad, perfecta para el hombre que busca una experiencia olfativa mística y poderosa. Ideal para veladas contemplativas o momentos de conexión interior, deja una estela memorable de fuerza, sabiduría e intensidad.

Notas de salida : Bergamota, Especias, Incienso, Afrutado.

Notas de Corazón : Floral, Rosa, Flores blancas, Iris.

Notas de fondo : Heno, Cedro, Vainilla, Almizcle, Madera, Ámbar, Patchouly.

Rocíe su fragancia a unos 10-20 cm de su piel.

Es el calor el que difunde su fragancia. Así que lo mejor es aplicar su fragancia en los puntos calientes de su cuerpo : las muñecas, en los huecos detrás de las orejas, en los pliegues de los codos.

¡Resultados garantizados! Llamamos a estos puntos calientes «puntos de pulso», simplemente porque su calor procede de nuestra circulación sanguínea : de hecho, puede sentir el latido de su corazón allí...